Los primeros alineamientos ulteriores a la ausencia de López no dan cuenta de la existencia de un territorio común a defender, que trasciende al actual gobierno pero que le concierne y lo interpela. Considerar que el Gobierno es el dueño de las políticas de derechos humanos es una demasía en la que el oficialismo incurrió más de una vez. Considerarlo ajeno (u opuesto) a ellas una injusticia, amén de una pésima lectura táctica.
Nos fuimos
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Nos fuimos a un lugar mejor, sin servicios ni empresas comedatos.
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Saludos
Hace 2 años.
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