Cuando cayó en mis manos la primera descripción del fenómeno, creo que en una de las malas versiones divulgativas a las que nos tienen acostumbrados los diarios, quedé pasmado. Acostumbrado al tratamiento superficial y vago que es usual en tales artículos, me disponía a dejarlo rápidamente de lado, más por referirse a una disciplina que me es completamente ajena, y sobre la que tengo enormes prejuicios y peores juicios: el de la sociología de las organizaciones.
Pero luego de la lectura diagonal del primer párrafo, mi mandíbula golpeó sonoramente la mesa: allí estaba descripta, con la precisión del relato de un testigo presencial, la situación que sufrí durante varios años, que me arruinó la salud y a punto estuvo de arruinarme la carrera. Hasta el más ínfimo detalle ajustaba perfectamente. Una lectura más profunda y una exhaustiva investigación en Internet confirmaron la primera impresión: no se trataba de una mera coincidencia, lo que yo había vivido es una situación común en cierto tipo de organizaciones y se lo considera un serio problema, ya bien estudiado y caracterizado: el “mobbing” o “acoso moral”.
Si bien al momento de este descubrimiento ya había logrado escapar de esa situación enfermiza, el hecho de saber que yo no era el único, que no hice nada para merecerlo y que nunca estuvo en mis manos evitarlo, me alivió profundamente. Lo comparto aquí con la idea de que pueda ser útil para alguien.
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Mobbing proviene del verbo to mob, cuya traducción literal podría ser: atropellar, molestar, acosar, maltratar, linchar, etc. El etólogo Konrad Lorenz, que lo utilizó al estudiar las conductas de supervivencia de algunas especies animales, y posteriormente, Heinz Leymann lo aplicó al ámbito laboral, definiéndolo como aquella situación en la que una persona o grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática (al menos, una vez por semana) y recurrente (como mínimo de seis meses), sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de:
• destruir el entramado de comunicación de la víctima o víctimas,
• destruir su reputación,
• perturbar el ejercicio de sus labores,
• y lograr que finalmente esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo.
Entre algunas de las características más destacables de las conductas del mobbing, destacan las siguientes:
• La intencionalidad, puesto que no se trata de una situación accidental, producto del estrés generado en el ambiente de trabajo, sino que nace con la evidente intención de dañar.
• La repetición, dado que sólo de esta manera se consigue minar la resistencia psicológica y física del acosado.
• La persistencia en el tiempo, ya que no se trata de sucesos ocasionales que se produzcan ante determinadas situaciones coyunturales, sino como consecuencia de un proceso que sólo finalizará en el momento en el que se consiga la destrucción psicológica de la víctima.
• La asimetría, «no hace daño quien quiere sino quien puede», habitualmente se emplean posiciones jerárquicamente más altas.
• El objetivo final es la destrucción psicológica del acosado, y el abandono «voluntario» de la organización por parte de éste.
Leymann lo describe como «un proceso de destrucción que se compone de una serie de actuaciones hostiles que aisladamente podrían verse como anodinas, pero que al ser constantes tienen efectos perniciosos». Con esta definición se podrían descartar los incidentes leves, propios de la conflictividad cotidiana de las organizaciones modernas.
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Depende como ande de mi fiaca crónica, tal vez pegue algo más sobre el tema en algún futuro post. Para los interesados, encontré un muy buen resúmen aquí.
Ya sé que soy un monotemático, pero Ud. me la sirve en bandeja: este es un perfecto argumento a favor de la lucha armada.
ResponderBorrarConvengamos q la tortura psicológica se puede dar en todo tipo de relaciones y ámbitos. Claro q el laboral es muy propicio para q prenda, por el juego entre poder / sometimiento q suele marcar esos vínculos.
ResponderBorrarGracias x el material para ampliar. Mi mononeurona acusó el impacto del frío y se niega a seguir (léase: desmayo)...
p.d.: ¿el perro guardián lo acompañó siempre o surgió luego de su experiencia con ese psicopateador HDP?
Jack: ¿fué en su blog que leí la historia del tano que se mete en la guerra sólo porque quiere matar al vecino? Al igual que el tano, si me deja desviar un tiro, apoyo la lucha armada.
ResponderBorrarSi quiere, esta experiencia motivó mis dudas acerca de si la organización social origina los comportamientmos patológicos (lo discutimos en su post sobre los tiros en Neuquén). Supongo que este tipo hubiera sido el mismo Hijo de Puta bajo cualquier sistema. La diferencia estaría en que tan alto podría llegar y cuanto poder podría ostentar en un sistema más racional. Colegas rusos me contaron que la burocracia científica soviética era especialmente vulnerable a este tipo de locos. Por otro lado el sistema cientomarketinero yanki no parece mejor. En España es un problema reconocido del sistema universitario. En cambio en UK, donde laburé por un tiempo, las universidades parecen inmunes a esto, dios sabrá por qué.
Clandestina: por supuesto que se puede dar en cualquier ambito. Otro ejemplo es entre inquilinos y patrones. Sin embargo, la descripción del tipo de organizaciones en las que ocurre el mobbing cuadra tan perfectamente con la universidad y el sistema científico argentino que parece hecha ad-hoc.
El perrito de pompeya me gustó siempre. Despues de esta situación, el que aprendió a morder soy yo.
Buenassss...ah, y hay algo repugnante que se practica mucho en puestos "de nivel" y por lo que varios amigos míos han debido/querido? pasar: "la entrevista socioambiental": o sea, aparte de la noria de las quinientas entrevistas previas en la empresa, los tipos se meten en tu casa y con los datos que sacan, juzgan si sos apto o no para el empleo. Andá a saber los códigos: "tiene un banderín de Sacachispas: ajá, bien, demuestra capacidad de involucrarse, sentido de pertenencia a un equipo, personalidad integrada porque tiene un master en Harvard 'pero' se acerca a la cultura popular mediante el fútbol, capacidad de innovación para poner en su living amueblado a lo Luis XVII este banderín"; o "Sacachispas...un perdedor neto. Persona con escasa voluntad de pertenecer a un gran equipo, rasgos masoquistas, falta de espíritu competitivo, tendencia a conformarse con pertenecer a cualquier cosa, ausencia de criterio estético para poner este banderín en este living_"
ResponderBorrarSi! Algunas políticas corporativas son increibles: tengo un amigo ingeniero, doy fe que es un tipo muy profesional y capacitado, que se pasó cinco años sin laburo a fuerza de mandar a cagar a los psicólogos durante las entrevistas. Cuando llegaba a la parte de dibujar un paisaje o una familia, se levantaba y se iba al carajo. Años estudiando estructuras, motores, termodinámica y otros temas altamente técnicos, y a la hora de conseguir laburo lo que valian eran las habilidades del jardín de infantes. Me imagino que nunca llegó a la "entrevista socioambiental", calculo que de puro rebelde hubiera llenado su casa de posters de los Redondos y almanaques de gomería.
ResponderBorrarLa historia tiene un final "feliz". Dada la demanda de ingenieros causada por el crecimiento de los últimos años, ahora es él quién elige. Me lo imagino pidiendole al entrevistador que le dibuje un motor ...